miércoles, 9 de marzo de 2011
Manjarrez: humo en los ojos
¿Qué creen que harían en una reunión Bono, Jack Nicholson, Robert Smith, Keith Richards y Sean Penn? ¿Qué pasaría si en un momento de su tertulia tocaran a la puerta Janis Joplin, Bob Marley, Elvis, Agustín Lara y Los Beatles con unas chelas para seguirla? ¿Y qué tal que de pronto se escucha música lounge en la sala y baja por la escalera Mauricio Garcés en bata de baño acompañado por Marilyn Monroe?
No es necesario meterse un ácido en el Museo de Cera para que esto suceda. Basta estar frente a la obra de Manjarrez para sentirse en medio de este encuentro más allá de los aburridas reglas que nos imponen el tiempo y el espacio.
Y digo que no es necesario meterse un ácido porque las imágenes de Manjarrez ya incluyen el efecto LSD. Algo ve Manjarrez en los personajes que selecciona que no tiene que ver con lo que usualmente capta un retratista. En todo caso su mirada se asemeja más a la del chamán en el umbral de las puertas de la percepción, aunque tampoco es algo que tenga que ver exclusivamente con su mirada, sino con su condición de receptor de la escencia fugaz, instantánea y perenne, ya sea de las luminarias de Hollywood, ya sea de las estrellas de rock e íconos de la cultura popular mexicana. Al final lo que importa no es cómo se ve el personaje en su obra, lo que realmente importa es cómo se siente al personaje, qué vibración emana de las formas y colores que Manjarrez ha dispuesto para hablarnos de él, no como imagen sino como ente misterioso e inaprensible.
Bienvenidos a este aquelarre de tipos-arquetipos que son imágenes que son seres que son iconos que se diluyen ante nuestros ojos con la consistencia del humo. Y por favor: clávense en la textura.
Fernando Rivera Calderón.
Entrevista para el periódico Sintesis Hidalgo.
Bob Dylan canal 22
Robado que es cuando mejor sabe.
Eusebio Ruvalcaba.